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Condenado a multa de 480 euros el joven que simuló ser víctima de una agresión homófoba en Malasaña

El juzgado de Instrucción número 52 de Madrid condenó este viernes a una multa de 480 euros, a razón de cuatro euros diarios por espacio de cuatro meses, al joven que simuló haber sido víctima de una agresión homófoba en el barrio madrileño de Malasaña.

En un principio, su declaración en calidad de investigado estaba prevista para esta mañana. Al término de la declaración, y tras su reconocimiento de los hechos, se ha transformado la diligencia en juicio rápido durante el cual se ha conformado con la pena impuesta, que ya es firme.

El titular del Juzgado de Instrucción número 52 de Madrid le había citado para tomarle declaración por presunta simulación de delito, al joven que denunció haber sufrido una agresión homófoba en la capital, y que luego reconoció que no era real y que lo hizo para ocultar una infidelidad.

El magistrado abrió el pasado mes de septiembre diligencias previas por simulación de delito contra este joven, que había denunciado el día 5 de ese mismo mes que había sido agredido en el barrio madrileño de Malasaña por un grupo de ocho encapuchados, que le grabaron los glúteos con un cuchillo.

El joven acabó confesando días después que las heridas se las hicieron con su consentimiento mientras mantenía relaciones sadomasoquistas con otras dos personas, con las que contactó por redes sociales. El juez que inicialmente recibió el parte de lesiones tras la presunta agresión recibió luego el atestado policial con su declaración posterior y abrió diligencias.

La simulación de delito, tipificada en el artículo 457 del Código Penal, contempla una multa de seis a doce meses de cárcel para la persona que»simulare ser responsable o víctima de una infracción penal o denunciare una inexistente, provocando actuaciones procesales».

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El joven denunció en Comisaría que fue agredido por un grupo de encapuchados en el portal de su domicilio. En su casa, su pareja le tuvo que curar las heridas y le llevó al hospital. Allí, le informaron de que los hechos serían puesto en conocimiento de la Policía, por lo que se vió obligado a denunciar.

La Policía encargada de la investigación analizó las grabaciones de las cámaras situadas en la calle de la Palma, donde estaba el domicilio del denunciante, y tomó declaración a los vecinos sin encontrar evidencias de los hechos. Nadie vio ningún grupo de las características descritas por el joven. Los agentes empezaron a sospechar entonces y el denunciante acabó confesando en un interrogatorio.

(SERVIMEDIA)