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García Castaño pide la nulidad de las grabaciones de Villarejo que le inculpan

El excomisario Enrique García Castaño, acusado en el juicio que se desarrolla en la Audiencia Nacional por las piezas ‘Iron’, ‘Pintor’ y ‘Land’ del ‘caso Tándem’, pidió este lunes la nulidad de las grabaciones que hizo José Manuel Villarejo y que le inculpan en esta causa porque, según dijo su defensa en el trámite de cuestiones previas, podrían haber sido manipuladas al haberse roto la cadena de custodia y permanecer en manos de la Policía durante 17 días.

García Castaño, conocido por el apodo de ‘el Gordo’, era en ese momento jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo de la Policía y está acusado sólo en las piezas ‘Iron’ y ‘Land’, en las que la Fiscalía solicita para él 52 años de cárcel.

Su abogado, Aitor Martínez, ha defendido que las grabaciones de Villarejo con terceras personas no pueden ser una prueba válida porque se hicieron de manera “subrepticia”, sin orden judicial y, por tanto, sin garantía legal alguna.

Además, las citadas grabaciones son copias de unos originales que no existen y de las que se trasladaron al juez sólo las transcripciones “estratégicas” que inculpaban a las personas que ahora se sientan en el banquillo sin que sea posible saber si contenían algún elemento que pudiera servir para exculpar a los acusados.

El letrado extendió sus sospechas sobre la unidad de Asuntos Internos de la Policía, que tuvo en su poder estas grabaciones por espacio de 17 días, por considerar probada la “animadversión evidente” que tenía hacia el principal acusado, el comisario Villarejo, quien, bajo su punto de vista, pudo encauzar la conversación para que sus interlocutores se comprometieran a realizar actos delictivos o reconocieran ilícitos penales.

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Señaló también el letrado que en esas conversaciones Villarejo se presentaba como comisario o como abogado, en cuyo caso la charla estaría protegida por el secreto profesional. Al igual que otras defensas en las dos primeras jornadas del juicio, el abogado de García Castaño defendió que las grabaciones se obtuvieron en un registro sin amparo de una orden judicial. Anunció, en este sentido, que está dispuesto a acudir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

También en línea con lo defendido por otros acusados, el letrado argumentó en contra de la competencia de la Audiencia Nacional para juzgar este caso por entender que no se juzga a una organización criminal.

CACAHUETE

Villarejo lamentó este lunes a su llegada a la Audiencia Nacional que se le trate como a un «cacahuete andante», de manera que mientras «la gente» está pendiente de él no se fija en otras cuestiones relevantes.

Así, explicó, mientras la gente le mira a él «se olvida de que un terrorista entró con pasaporte falso y no pasó nada», en alusión al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, o de que una «furgoneta que llevaba material» de la familia Pujol fue atracada por «cuatro señores armados, (…) como si estuviéramos en México».

El comisario, que ejerce su propia defensa en este juicio, denunció que la macrocausa ‘Tándem’, con 31 piezas separadas, «no tiene precedentes» en el Estado español. Este es el primer juicio de este caso que se celebra para dilucidar si hubo delito en la contratación de las empresas de Villarejo por distintos empresarios en las piezas ‘Iron’, ‘Land’ y ‘Pintor’.

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En sus declaraciones a la prensa, el comisario jubilado confió en que prevalezca la «independencia judicial» y que los magistrados resistan la presión de los «visitadores de noche, que van de negro y suelen apretar y amenazar a todo el mundo para que se haga lo que pretenden».

En este juicio, dijo, «nos la jugamos todos, no solo yo como imputado». Lo que en esta vista se ventila, según su punto de vista, es si «vale todo con tal de aniquilar a alguien» e incluso saber si la Fiscalía puede falsificar documentos y presentar «pruebas falsas porque así se lo han ordenado».

Servimedia