Cada fin de semana las cifras de accidentes de tráfico acaban siendo noticia. Pese a las muchas medidas que se han puesto en marcha, controles, radares, etc., las cifras siguen ascendiendo año tras año, algo que acaba siendo una tragedia para afectados y familiares.
Y sin embargo, lo peor no acaba en el momento del accidente, sino que muchas veces comienza a posteriori, cuando pasado todo el papeleo llega el momento de depurar responsabilidades y defender los derechos de los afectados, familiares y seguros.
Es en estos casos cuando lo mejor que se puede hacer es recurrir a los expertos, a un bufete de abogados especializados en este tipo de contratiempos y que sepan cómo tienen que poner en marcha la maquinaria para defendernos ante algunos abusos comunes por parte de las aseguradoras, de los culpables e incluso de los propìos trámites y formas de la justicia.
Pese a que la Dirección General de Tráfico cada vez extrema más la vigilancia para conseguir frenar los incidentes, motoristas y vehículos acaban viéndose implicados en verdaderos escenarios de peligro en los que cualquier despiste, una imprudencia o una velocidad demasiado alta pueden acabar pasando una cara factura que dure de por vida.
Sin ser alarmistas, durante los meses de julio y agosto el incremento de víctimas de accidentes en vías interurbanas hizo que se volvieran a batir records de siniestralidad y fallecimiento. Sin duda, este tipo de accidentes tienen escenario en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, pero no sólo son las grandes urbes los lugares de siniestralidad.
Aunque nadie quiere oir hablar de ello, es necesario saber que, en caso de atropellos o accidentes, no podemos dejar a la buena suerte nuestra defensa. Cataluña es una de las Comunidades Autónomas que más siniestros suman en sus carreteras durante el año, con lo que contar con un despacho abogados en Barcelona puede ser una opción más que útil para todos los que tengan en su alrededor gente que haya padecido cualquier tipo de percance vial.
Nunca queremos ser conscientes de ello, pero lo cierto es que puede pasarnos a cualquiera.
